SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Jóvenes que exudan costosos perfumes y exhiben belleza y alegría. Figuras despampanantes, casi siempre con el retoque del cirujano plástico. La opulencia repentina proyectada a través de las finas joyas y vestidos. Son las mujeres de los jefes de uno de los crímenes organizados que más dinero, poder y violencia acumula.
Se trata de mujeres que disfrutan de los placeres de una vida de lujo y brillo repentinos que en cualquier momento se puede apagar violentamente para siempre, como atestiguan cientos de historias que han servido de materia prima para literatos y cineastas.
Casi siempre se trata de muchachas surgidas de la exclusión social, de la pobreza. Y de pronto, de manos de sus amantes y amigos, saltan a la notoriedad, al roce social, al derroche y al disfrute de restaurantes y tiendas de lujo, lugares con los cuales ni siquieran soñaban. Las prendas, vehículos se hacen de uso común entre estas damas, siempre peinada en los centros de belleza más chic, como si su vida se desarrollara en una pasarela.
Algunas son “celebutantes” (celebridad sin razón, más que el dinero), asiduas de los clubes nocturnos de moda, llevando una vida de socialite.
Pero todas, con raras excepciones, terminan convertidas en cortesanas que se disfrutan el brillo del boato y sufren la carencia repentina cuando sus jefes cometen algún error fatal. Como si se tratara de las damas que describe la célebre novela de Balzac, Esplendores y miserias de las cortesanas.
No faltan las carteras de Louis Vuitton, los zapatos Manolo Blahnik, últimos diseños de Marc Jacobs, Oscar de la Renta, ni los perfumes Chanel, ni los finos muebles de Ilumel. En fin, adquieren ese atractivo de la femme fatale, lo erótico de la chica mala.
Tampoco los levantamientos, incrementos, reducciones, extensiones y reconstrucciones quirúrgicas para completar la simbiosis entre el aspecto de reina de belleza y modelo de alta costura, todo esto como parte del precio a pagar por el capo para hacerse acompañar de una chica "a su nivel".
La opinión del experto
Para el doctor Secundino Palacios, especialista en psicología, la presentación de este lifestyle de lujos y derroche sin fin como fruto del tráfico de estupefacientes, resulta alarmante, especialmente cuando se expone a los sectores más vulnerables a imágenes en la que se presenta una vida de riqueza sin esfuerzo, enviando un mensaje destructivo a esos extractos de la sociedad dominicana.
“Todo ese golpe de publicidad alrededor de ese mundo de placer y de bienestar, progreso y crecimiento económico tan manifiesto tiene como objetivo atraer a esa gran cantidad de jóvenes adolecentes a ese mundo tenebroso, porque esa no es la realidad del narcotráfico”.
El encanto que produce vivir sin restricción de precio atrae a más de uno. Lujos que se alejan de la mayoría, parecen ser artículos de la vida común para quienes tienen acceso al mundillo del tráfico de sustancias psicoactivas y la “pasta” que produce su distribución.
En septiembre del 2009, en un operativo realizado entre la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y la Fiscalía del Distrito Nacional, las autoridades decomisaron 4.6 millones de dólares, encontrados en una jeepeta blindada Toyota Land Cruiser, que se encontraba en la exclusivísima Torre Alco Paradisso, ubicada en las avenidas José Andrés Aybar Castellanos y Alma Mater, La Esperilla.
En ese momento, fue detenida Sobeida Félix Morel, a quien se relacionó con José David Figueroa Agosto alias "Junior Cápsula", prófugo de la justicia puertorriqueña. Félix Morel fue distinguida como la propietaria de dos apartamentos en la referida infraestructura, cuyo valor por apartamento va desde los US$650,000.00 (605 mil dólares, equivalentes a casi 22 millones pesos, en el momento).
Relojes y otras prendas de costos astronómicos, vehículos de lujo, entre otros bienes fueron incautados durante el operativo, que fue el destape de una historia cuasi novelesca de ilegalidad, romance y expendio nunca antes visto, tras la huida de Félix Morel junto a Figueroa Agosto, y que concluyó (si puede decirse), con la captura de los amantes fugitivos en Puerto Rico en julio de 2010.
A partir de ese momento, Félix Morel se convirtió en el rostro de la chica buena, convertida en mala por la codicia, y en buena de nuevo por sus encantos. Su llegada al país tras ser detenida en la “Isla del Encanto”, la ascendió a nivel de estrella, al revelarse su curvilínea figura, ataviada en ropa deportiva y una fina cartera Louis Vuitton, y se volvió viral en las redes sociales y en los medios de comunicación.
“Sobre el caso de Sobeida, se estaba más atento a la cartera, al peinado, en lugar de ver que todas estas cosas eran como consecuencia del dinero ilegal, al margen del trabajo honrado. Indudablemente que la imagen de estas jóvenes han sido proyectadas más desde la visión de lo que significa su comportamiento en la sociedad vinculada al narcotráfico en lugar de proyectarlo en la dimensión del daño que produce las sustancias psicoactivas a millones de adolescentes”, critica Palacios, quien manifiesta su preocupación ante la publicidad recibida.
Las “champañeras”
Jóvenes, intrigantes y ricas. Mujeres atraídas por el esplendor y seducidas por el poder que trae consigo el dinero: así son conocidas las mujeres de los narcos. Artillería de piel tersa, que hacen galas de su belleza e inteligencia para servir de cebos legales o testaferros de quienes se dedican al tráfico de narcóticos.
Mujeres que conjugan el amor y el interés, al mayor estilo de las femmes fatales, rodeadas de champaña, whisky y discotecas, y que en poco tiempo pasaron de tener muy poco a tenerlo todo.
Según Secundino Palacios, a los jóvenes se les vende un mundo de bienestar excesivo a través de las drogas, sin embargo una vez estando dentro, y para mantener el estatus alcanzado, realizan numerosas acciones delictivas que pueden llegar incluso al homicidio.
“Es sumamente preocupante y dañino que las jóvenes presenten una vida jet set, ya que es una distorsión de los que son los valores de la sociedad”.
Tal es el caso de Sobeida Félix Morel, quien incluso durante su estadía en Puerto Rico, y sobre quien pendía una orden de arresto por lavado de activos, fue vista visitando las tiendas exclusivas en compañía de José David Figueroa Agosto, quien para la fecha se había convertido en uno de los hombres más buscados por el Buró Federal de Investigación o FBI, por sus siglas en ingles.
Pero, esta vida de glamur a pesar de los peligros, no fue vivida únicamente por Félix Morel. Leavy Nin Batista, quien fuere la esposa de Figueroa Agosto (Felipe Rodríguez o Cristian). Sin preguntar demasiado, aceptó como buenas y válidas las solicitudes de su esposo, llegando incluso a cambiar su identidad legal.
A esta cultura de derroche se unieron Mary Peláez y Madeline Bernard, viuda de José Amado González, ambas condenadas por lavado de activo, al igual que Félix Morel y Nin Batista.
Según la confesión de Nin Batista, Madeline Bernard, junto con su esposo, realizaban negocios de carros y relojes, mientras que Mary Peláez fue señalada como una de las piezas más importantes en la red de lavado.
Porsche 911, Land Crussier , Ferrari modelo F-430, Volvo, así como relojes Audemars Piguet, Roger Dubuis, uno Hublot Geneve y Rolex, son algunas de las marcas de alto costo manejadas por los implicados.
Gastos con cifras de hasta 300 mil pesos en parrandas en la discoteca Jet Set, realizadas por las compañeras en el crimen y el secretismo o “Champañeras”, como son conocidas, fueron reportados por las autoridades, así como cirugías estéticas a otras tantas.
El cinco de enero del 2012, fueron subastado 27 de los 28 relojes confiscados a José David Figueroa Agosto (Cristian Almonte, Junior Cápsula), los cuales se pudo recaudar la impactante suma de 23 millones 686 mil 574 pesos.
En total, fueron incautados 10 vehículos de lujo Sobeida Félix Morel, entre ellos un Ferrari modelo 2008, blanco, un Porsche negro, una camioneta Ford blanca, un jeep, un Mercedes Benz, un Mazda, una jeepeta Land Rover y otra Land Cruiser, así como dos residencias de lujo (los apartamentos 14-B y 15-B en la Torre Alco Paradisso).
Los bienes muebles e inmuebles confiscados (21 en total) en los diferentes casos, ascienden a unos 300 y 400 millones de pesos.
“Muchas jóvenes adolescentes y humildes pueden creer falsamente que se llega a estas cosas mediante el narcotráfico y no a través del estudio o del trabajo honrado. El estilo de vida Jet set ha permeado y hay niveles de permeabilidad en la sociedad dominicana que son alarmantes”, explica el doctor Palacios.
El lado oscuro
Asentado el polvo inicial causado por el revuelo de la detención de las implicadas en la red de narcotráfico, poco a poco, las partes, especialmente las amigas de juerga y expendio, fueron separándose de acuerdo a sus intereses.
Las una vez sonrientes y unidas amigas, vieron agriadas sus relaciones al salir a flote detalles escabrosos sobre los nexos que mantenían con el “capo boricua” de las mil y una identidades (Cristian Almonte Peguero, Felipe Rodríguez, Junior Capsula, José David Figueroa Agosto).Historias llenas de sexo, dinero y violencia salieron a flote, pero fueron los acuerdos e interrogatorios realizados a las imputadas lo que selló el destino de las “mujeres del narco”, quienes recibieron condenas de hasta cinco años en prisión.
Madeline Bernard, Sobeida Félix y Leavy Nin Batista fueron señaladas como parte de la red de lavado de activos de Figueroa Agosto, además de haber sido vinculadas sexualmente de la manera más escandalosa.
Mientras que Mary Pelaez Frappier fue condenada a siete años de cárcel por el mismo crimen.
Para el doctor Palacios, la determinación para participar en actos que riñen con las leyes dominicanas, se produce incluso debido a las penas con las cuales son condenados los implicados en acciones delictivas como el lavado de activos.
“Incluso, se puede escuchar a jóvenes de ambos sexos decir que están dispuestos a correr el riesgo de vincularse al narcotráfico, debido a que los castigos no son tan acentuados. En consecuencia, hay una permeabilidad en segmentos que creen de manera inadecuada que esa es la vida para ostentar y acumular bienes de consumo”.
Actualmente, tanto Félix Morel como Peláez Frappier se encuentran recluidas en prisión, mientras que Leavy Nin Batista salió de la cárcel tras purgar una pena de dos años y medio, de los cinco años a los que fue condenada por lavado y falsificación de documentos, bajo la condición de ser sometida a vigilancia.
“Ser joven, linda y rica no es contradictorio”, señala Palacios sobre la vida de las mujeres relacionadas al narcotráfico. “Bajo ninguna se debe proyectar esa imagen que se quiere vender de la mujer del mundo del narcotráfico”, explica, lo cual, a su entender, es parte del “mercadeo” de ese submundo.
) Queda preguntarse si esta vida llena de encantos, de acceso a los mejores clubes, de riqueza casi infinita, aunque pasajera, vale la pena. Y más aún, que jóvenes mujeres se expongan a los riesgos de este tipo de vivencias y si definitivamente arroja más beneficios que una vida de ahorro y trabajo honrado.
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