Yo estaba embarazada cuando dejé mi trabajo de oficina pasado. Yo era el jefe de personal de una organización sin fines de lucro tecnología, pero se desilusionó con ese camino, y después de que nació mi hija, decidí que nunca lo haría regresar a un entorno corporativo. Un amigo mío estaba comestibles hornear – es decir, los alimentos infundidas con la marihuana – y me había acercado un par de veces sobre cómo participar.
Me resistí, porque sabía que si iba a hacerlo, tuve que ir a por todas. No pude ocultar mi familia, y yo no quería esconderlo de mi familia. He estado alrededor de la marihuana y el tabaco durante años, pero me mantuve en privado. Iba a salir de un armario de una manera, y eso era algo que yo luchando desde hace mucho tiempo. Me tomó un poco de coraje. Pero mi familia me apoyó mucho.
Tan pronto como mi hija tenía edad suficiente como para que tuviera un poco más, empecé a hornear con la marihuana, junto a mi amigo. Al principio, se le cocía lotes grandes, pero a veces mis cookies puede sentarse durante semanas antes de que se iba a ninguna parte. Sabía que podía desarrollar un nicho para mí mismo mediante el uso de ingredientes frescos y de calidad (como los limones recién exprimidos orgánicos del jardín de mi madre). Ahora cocer todo a ordenar y entregar los productos frescos a un puñado de clubes de marihuana medicinal en mi barrio.
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