severo Rivera.
La frase “No es como se comienza, sino como se termina” es lapidaria. En la vida esa es una realidad. Un profesional, en cualquier área no solo debe llevarse los lauros en sus inicios, sino también como cierra su ciclo profesional.
En el negocio del entretenimiento local e internacional hemos visto como reconocidas figuras, que en sus mejores momentos alcanzaron el estrellato y cuando llega el otoño se dejan por los aires del momento sin reparar en la repercusión que tendrán en su imagen.
La escena dominicana siempre ha evidenciado (salvo una que otras excepciones de la regla), de una sequía extrema en el manejo de nuestros artistas. Se rodean de gente que no les ayuda y en muchos casos, ellos hacen muy poco para que se hagan acciones en las que sus manejadores apuestan.
Como diría mi dilecto amigo y maestro, el experimentado periodista Mundito Espinal, hay de todo un poco.
UN CASO ESPECIAL
Aunque Johnny Ventura tuvo un excelente manejo en su carrera, me llama poderosamente la atención que en los últimos tiempos se le vea hacer dúos con intérpretes de música urbana a los que les falta mucho por demostrar. Y no se trata del estímulo y soporte a la nueva generación o al relevo de una música, sino que la mayoría de ellos han irrumpido en la escena en medio de la denominada “civilización del espectáculo”, como define el laureado escritor peruano y Premio Nobel de Literatura 2010, don Mario Vargas Llosa a esta época por la que atraviesa el mundo.
En ese sentido, a muchos les queda tiempo para demostrar que son una moda o un invento para ganarse o lavar un dinero y pasar por la música sin dejar una huella.
Johnny Ventura es el merengue y como tal merece ser preservado. Su figura gravita aquí e internacionalmente.
En sus años de brillo supo ganarse al público y revolucionó el merengue. Nadie podía con el “Caballo Mayor”, por eso está ahí como el artista que más producciones musicales ha grabado en la República Dominicana.
La figura de Ventura hay que preservarla. No es posible que por estar en “coro del momento urbano” se le junte a grabar con cuanto intérprete de música urbana se les antoje a sus manejadores. Contamos con excelentes expositores en ese género, solo bastaba con detenerse y ver quién o quienes son la mejor compañía.
En otros países, donde se veneran y respetan a figuras de su dimensión, esas cosas no suceden. Ventura está a tiempo de recapacitar y retomar la senda. No necesita cualquier junte para sonar y llegar a la juventud.
Lo visualizo también haciendo dúos con figuras consagradas de la música popular dominicana e internacional, como ya lo ha hecho. Artistas que han trascendido por sus obras musicales y que han podido sobreponerse a cualquier situación de prueba en su vida pública y privada.
A todos nos dieron una oportunidad, pero todo a tiempo a ciertos proyectos musicales antes de asociarlos a una figura que como el traspasó hace más de 5o años, su entorno familiar para pasar a formar del “Patrimonio Cultural de la República Dominicana” en reconocimiento a su excelente trayectoria.
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