Sobre los médicos estábamos divididas, pues siempre hay algo glamoroso en decir que se tiene un esposo doctor, eso sin hablar de la seguridad económica. Pero aún así dudábamos.
¿Por qué? Pues estábamos convencidas de que esas profesiones daban para los mayores cuernos y ninguna de nosotras queríamos terminar en la familia de Bambi. Pues resulta que no estábamos tan equivocadas. Una encuesta del sitio chileno separadosdechile.cl analizó 1.150 casos de parejas que no funcionaron en ese país y resultó que el fracaso matrimonial se puede agrupar según las profesiones.
Los especialistas pudieron determinar cuáles son las profesiones enemigas de un matrimonio feliz, y las reúnen los que trabajan en las áreas de:
1. Salud: Los médicos, enfermeras, paramédicos y similares. Un 29% de los divorciados pertenecían a esas profesiones.
2. Medios de comunicación: Periodistas, editores, relacionistas públicos, camarógrafos, técnicos, asistentes, ejecutivos, directores y productores de TV, diseñadores y similares. Un 14%.
3. Vendedores de autos: Los vendedores de autos y otros medios de transporte abarcaron un 12% de las separaciones.
4. Los seguros: Se refiere a los vendedores de seguros de vida, contra incendio, para el auto, etc. El 11% de los divorciados correspondieron a este grupo.
5. Choferes: Los taxistas, y conductores vehículos de transporte . Un 8%
6. Turismo y hotelería: Los guías, ejecutivos, vendedores, recepcionistas, encargados de reservas y eventos, relacionistas públicos y similares. Un 7% de los casos.
7. El resto de las profesiones: Un 19% de los casos.
"Esas profesiones están asociadas al contacto permanente y directo con el público", explican los autores del estudio. "Como se relacionan con mucha gente, hay mayor posibilidad para 'tentarse'. Hay que tener en cuenta que la infidelidad es la causa del 66% de los quiebres matrimoniales".
Según los autores, " lo anterior va unido a condiciones de vida especialmente difíciles: turnos, horarios, viajes, situaciones que no compatibles con una vida familiar y matrimonial".
A esto yo le agrego la oportunidad. Los que tienen esas profesiones tienen la excusa perfecta para echarse una escapadita sin despertar demasiadas sorpresas. "No, mi amor, tengo que quedarme hasta más tarde en el hospital, porque me cayó una emergencia", o "tengo que llevar a estos turistas a esta discoteca esta noche o mi jefe me mata". Yo, para evitarme todo eso, me casé con un tenista.
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