Ella pensaba que el plan de contrabando había salido a la perfección sin imaginar que quedaría “retratá” justo en el momento en el que metió su mano dentro de su pantalón y pantie y sacó de su parte trasera una bolsita con sustancias controladas que le entregó a un confinado que visitaba en la cárcel regional de Bayamón.
La imagen del contrabando fue captada por una de las 500 cámaras que conforman el Sistema de Tecnología Operacional en Penales (STOP) que instaló el Departamento de Corrección y Rehabilitación en 30 cárceles del país para tratar de erradicar los actos delictivos y violaciones reglamentarias en las instituciones.
El uso de estas cámaras ha logrado detectar al menos 22 situaciones. De estas, dos han terminado en los tribunales y las restantes, en sanciones administrativas. En el año fiscal de julio de 2011 a junio de 2012, las intervenciones civiles realizadas por la unidad canina reflejan que un 86% de los infractores son mujeres, mientras que el 14% son hombres -para un total de 117 intervenciones.
Según explicó el secretario de Corrección, Jesús González Cruz, este sistema de monitoreo -cuya inversión inicial fue de $2,463,604 y es parte de las iniciativas que comprende el Programa Integrado de Seguridad Institucional (PISI)- es uno de alto nivel digital en el que se supervisan las operaciones de las cárceles en tiempo real de 24 horas, siete días a la semana.
En otra de las imágenes contenidas en un vídeo suministrado por Corrección se puede apreciar a otra mujer que mete su mano en el brassiere y le entrega un material al reo. En otro escenario, otra fémina –que estaba en compañía de un menor de edad- hurgo en sus partes íntimas y sacó un paquete que le entregó a un confinado que, contento con lo sucedido, le dio unos pellizconcitos en el cachete. Ninguna imaginaba que sería grabada por las cámaras de STOP y que podrían enfrentar cargos criminales por sus acciones.
Según González Cruz la incidencia de mujeres que son detenidas tratando de introducir contrabando (drogas, celulares, joyas, jeringuillas, entre otras cosas prohibidas) a las cárceles se ha convertido en un dolor de cabeza para la agencia. De hecho, estimó que el total de casos de contrabando en el que las mujeres son las protagonistas del delito hasta mediados de 2012 alcanza el 90% -al menos unas 100 de las 117 intervenciones.
El Secretario atribuye la alta cifra de mujeres que comete el delito de contrabando cuando visitan a familiares en las cárceles, a la opresión que reciben por parte de sus parejas. En otros casos, dijo, son manipuladas por sus seres queridos bajo presión psicológica y amenazas.
De otra parte, González Cruz explicó que el sistema STOP también podría ayudar a prevenir situaciones como motines y reyertas. Además, dijo el material grabado podría ser utilizado como material de análisis e investigación y como evidencia en procesos administrativos y judiciales.
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